Si realmente se materializa el escenario de aterrizaje suave de la economía en el trimestre actual, podríamos ver ciertas similitudes con el final de otro agresivo ciclo de endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal, que concluyó a principios de 1995 con unos tipos de interés de los fondos federales en el 6,0%. A pesar de este rápido aumento de los tipos, la economía siguió creciendo hasta el año 2000, haciendo frente a múltiples dificultades financieras por el camino, como la crisis del peso mexicano, la devaluación del baht tailandés, el impago de la deuda rusa y el colapso del fondo de inversión libre Long-Term Capital Management.
Durante este periodo, la Reserva Federal realizó ciertos ajustes en sus tipos de interés: los recortó en 75 puntos básicos, los subió en 25, los volvió a recortar en 75 puntos y los subió en 175 puntos básicos para cerrar el ciclo en 6,5%, todo ello mientas la inflación subyacente se mantuvo por debajo del objetivo del 2% fijado por la entidad. Si hoy se siguiera una trayectoria similar, los tipos se situarían en el 4,125% en el nivel más bajo del ciclo y al final del ciclo estarían en 5,875%.
Dicho esto, la capacidad productiva sin utilizar en la economía estadounidense era mayor en 1995 de lo que es ahora, con una tasa de desempleo del 5,5%, que acabó cayendo al 3,8%. La tasa actual de desempleo es del 4,3%, lo que podría dejar menos margen a una larga expansión. Además, es posible que el mismo nivel de tipos de interés ejerza hoy una mayor presión sobre la economía a causa de los mayores niveles de deuda y los cambios demográficos.
Por el contrario, entre los factores que podrían mitigar dicha presión estarían las medidas de estímulo fiscal, la relocalización estructural y los gastos de capital relacionados con la inteligencia artificial.
No obstante, y por el momento, la economía parece estar tolerando un nivel más elevado de tipos de interés. Y, a pesar de la preocupación que ha provocado, el mercado laboral también parece estar resistiendo bien. El reciente aumento de la tasa de desempleo se produjo después de que la economía creara 114,00 nuevos puestos de trabajo, lo que parece indicar que dicho aumento se debió principalmente a las nuevas incorporaciones a la población activa. Eso es justo lo que le gustaría ver a la Reserva Federal y lo que, muy probablemente, consideraría un aterrizaje suave: un aumento de la capacidad ociosa en el mercado laboral de manera que permita la moderación de los salarios al tiempo que se mantiene la tendencia alcista del empleo.
No obstante, si se ralentiza la incorporación de personas a la población activa y la economía se reacelera en 2025, la tasa de desempleo podría comenzar a caer de nuevo.