El entorno macroeconómico resulta cada vez más incierto, lo que obliga a los inversores a estar preparados para adaptarse a los posibles escenarios que podrían producirse en 2025.
La adopción de un enfoque global amplía el universo de inversión y puede ofrecer importantes ventajas a los inversores de renta fija. Con este tipo de enfoque, los inversores europeos o asiáticos que solo invierten en sus mercados regionales pueden acceder también al mercado estadounidense, que es el mercado de renta fija más extenso y profundo del mundo.
Más allá de la posibilidad de acceder a un mayor número de títulos, los inversores también pueden beneficiarse del hecho de que los factores impulsores de riesgo y rentabilidad que ofrece este universo más amplio de inversión son múltiples y, a menudo, muy variados entre sí. Por ejemplo, las distintas economías y, por tanto, los mercados, suelen diferenciarse en términos de inflación, entorno macroeconómico subyacente y fase del ciclo económico.
Estas diferencias hacen que los gestores activos de renta fija global tengan una gran capacidad para construir carteras sólidas y diversificadas. Esta variedad puede reducir la correlación entre los distintos sectores de renta fija, que suele ser muy baja e incluso negativa.
Es de vital importancia que el gestor entienda estas relaciones y pueda acceder así a las mejores ideas de inversión e incorporarlas a su cartera con un enfoque consciente del riesgo. No basta con identificar una oportunidad atractiva y construir una cartera de inversión sin entender cómo funcionan juntas esas ideas o cómo se relacionan entre sí.