Si los inversores buscaban una razón para vender sus posiciones de renta variable estadounidense, la han encontrado en los aranceles anunciados por el presidente Donald Trump. Tras varias semanas de volatilidad provocada por la imposición y posterior retirada de aranceles, el pasado 2 de abril Trump anunció un régimen más punitivo de lo esperado contra prácticamente todos sus socios comerciales, lo que provocó una fuerte conmoción en los mercados financieros de todo el mundo.
El mercado de renta variable estadounidense, que llevaba dos años consecutivos registrando ganancias superiores al 20%, ha caído más del 13% en lo que va de año, lo que se ha visto agravado por la fuerte caída de los mercados a la que asistimos la semana pasada, ante el temor a una guerra comercial en toda regla, un aumento de la inflación y un creciente riesgo de recesión. En respuesta, ya son varias las compañías de Wall Street que han revisado a la baja su previsión de crecimiento de la economía estadounidense en 2025.
«La conclusión es que los aranceles, tal y como se han anunciado, tienen potencial para debilitar de manera significativa la economía estadounidense, e incluso de provocar una recesión», señala Darrell Spence, economista de Capital Group. «Es cierto que no todos ellos se van a repercutir en los consumidores, y también es posible que se rescindan algunos de ellos. Sin embargo, la gran solemnidad con la que se anunció esta nueva política hace que parezca poco probable que se dé marcha atrás a corto plazo».