Pensamos que el crecimiento económico va a mantener su solidez en los próximos meses y a lo largo de 2025, lo que podría dar lugar a un entorno de mayor crecimiento de los beneficios empresariales en los distintos sectores. Dicho entorno llevaría, a su vez, a un repunte generalizado de los mercados, ya que el crecimiento de los beneficios es uno de los principales factores impulsores de rentabilidad.
Además, las valoraciones del mercado de renta variable no parecen excesivamente elevadas. A fecha de 30 de abril de 2024, los ratios precio-beneficio de la mayoría de los mercados se encontraban próximos a sus medias a 10 años, o ligeramente por encima.
No cabe duda de que existen riesgos para los mercados y los inversores. La inflación tiende a la baja, pero se mantiene en un nivel bastante elevado. No está claro en qué momento va a iniciar los recortes de tipos de interés la Reserva Federal. Se han intensificado las tensiones entre Estados Unidos y China, y la guerra continúa en Ucrania y en Oriente Próximo. Las caídas del mercado son inevitables, pero los mercados han tendido al alza a largo plazo, alcanzando múltiples máximos históricos a lo largo de un ciclo.
Por eso tratamos de identificar cuáles son los motores del crecimiento: conceptos como la innovación, la productividad y la relocalización de las cadenas de suministro. Vamos a tener que enfrentarnos a caídas del mercado, pero estas caídas no han cambiado la trayectoria a largo plazo. A continuación, analizamos tres temáticas de inversión que nos resultan especialmente interesantes.
1) Las oportunidades que ofrece la inteligencia artificial van más allá de la tecnología
Con su potencial ilimitado para transformar distintos sectores, así como nuestra forma de trabajar, la inteligencia artificial (IA) ofrece atractivas oportunidades de inversión, lo que ha provocado un gran entusiasmo por las compañías tecnológicas que están siendo las pioneras en este ámbito.
Para los inversores, será fundamental identificar cuáles son las empresas que podrían beneficiarse de esta tendencia, para lo que es necesario entender las cuatro capas de tecnología que permiten el funcionamiento de la IA. Las compañías compiten por posicionarse en cada una de las capas: semiconductores, infraestructuras, aplicaciones y modelos de IA.
Alphabet, Meta y Microsoft han invertido decenas de miles de millones de dólares para dominar varias de estas capas. Así, han realizado fuertes inversiones en el desarrollo de modelos, la construcción de infraestructura de nube y el desarrollo de chips avanzados. Aunque estas compañías están gastando dinero en sus propios procesadores, los principales fabricantes de chips, como NVIDIA, Broadcom y Micron, son los que dominan actualmente la cuota de mercado.