Estados Unidos, en su papel de mayor economía del mundo, recupera su protagonismo como motor del crecimiento de la economía mundial. Frente a la débil actividad económica a la que se enfrentan Europa y China, las economías de Estados Unidos, la India y, en menor medida, Japón, exhiben su capacidad de resistencia en un contexto de divergencia de las principales economías.
A pesar de las subidas de tipos de interés y el elevado nivel de inflación, el Fondo Monetario Internacional prevé que la economía estadounidense crecerá este año a un ritmo más de dos veces superior al de otros grandes mercados desarrollados. Recientemente, el FMI ha revisado al alza su previsión de crecimiento de Estados Unidos al 2,7%, frente al 0,8% de Europa. Además, la solidez de la economía estadounidense, impulsada por el consumo, está también favoreciendo el crecimiento en el resto del mundo.
«Suele decirse que cuando Estados Unidos estornuda, el resto del mundo se resfría. Pero también puede pasar lo contrario», afirma Darrell Spence, economista de Capital Group. «Cuando la economía estadounidense funciona a pleno rendimiento, puede favorecer a otras economías que están orientadas hacia la exportación».