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Tres razones por las que las compañías de suministros públicos podrían convertirse en el próximo sector de crecimiento
Caroline Randall
Gestora de renta variable
Taylor Hinshaw
Gestor de renta variable
Andre Meade
Analista de inversión en renta variable

La ola de calor veraniega no va a ser la única razón que va a impulsar la demanda de electricidad. Ciertas megatendencias como el auge de la inteligencia artificial y sus necesidades de consumo de energía han impulsado el potencial de beneficios de las compañías de suministros públicos.


Según Caroline Randall, gestora de renta variable, los inversores están comenzando a considerar al ámbito de los suministros públicos como el próximo sector de crecimiento. «Creo que las compañías de redes eléctricas son los gigantes silenciosos de la transición energética. Hemos llegado a un punto crucial en el que las compañías tendrán que invertir más en la red eléctrica estadounidense, que vería así aumentado su potencial de beneficios y dividendos».


En este artículo señalamos las razones por las que los inversores en crecimiento no deberían pasar por alto a las compañías de suministros públicos, conocidas por su larga trayectoria de repartos de dividendos.


Aumentan las expectativas de beneficios de las compañías de suministros públicos


El gráfico de barras muestra un crecimiento anualizado de los beneficios por acción en los últimos diez años del 3,43% y una previsión de crecimiento anualizado de los beneficios por acción para 2024 a 2026 del 8,26%. El gráfico también compara la previsión de la rentabilidad por dividendo del índice S&P 500, del 1,39%, con la de las compañías de suministros públicos del S&P 500, del 3,35%.

Fuente: Capital Group, FactSet, Standard & Poor's. La previsión de la rentabilidad por dividendo de FactSet se basa en las actuales expectativas de consenso para los dividendos por acción de los próximos 12 meses. Información a 23 julio 2024. Las rentabilidades obtenidas en el pasado no garantizan rentabilidades futuras.

1. La red eléctrica se ha quedado anticuada y tendrá que ser renovada


La mayor parte de la red eléctrica estadounidense se remonta a las décadas de 1950 y 1960, así que ya es hora de actualizar el sistema. «En este país, producimos mucha electricidad a partir del gas natural y el carbón, y muchas de estas fuentes se retirarán o sustituirán en los próximos 20 a 30 años», afirma Taylor Hinshaw, gestor de renta variable. 


Los incendios forestales y las inundaciones también están poniendo a prueba el sistema, añade Hinshaw. Pacific Gas & Electric y Southern California Edison se han visto obligadas a reforzar sus redes frente a las posibles catástrofes naturales y han tenido que buscar fuentes de energía limpia para cumplir la normativa en materia de emisiones.


Será necesario aumentar el gasto de capital aun cuando no se produzca el incremento previsto de la demanda de energía. Según Hinshaw, dicha demanda aumentará un 3,5% anual durante los próximos diez años desde el nivel actual de aproximadamente un 1,0%. Este incremento del gasto trae consigo un crecimiento potencial de los beneficios, ya que las entidades de regulación permiten a las compañías recuperar su inversión mediante el aumento de sus tarifas.


Por su parte, a pesar del debate actual sobre los combustibles fósiles frente a la energía eólica y otras formas de energía renovable, la transición hacia un entorno de energías renovables ya se ha puesto en marcha. La Ley para la Reducción de la Inflación de 2022 incluye importantes incentivos para la adopción de energías limpias y ha beneficiado ya a numerosos estados de distinto perfil político.


«Algunas partes de la ley podrían cambiar con un nuevo gobierno, pero las empresas no van a dejar de invertir en renovables», afirma Andre Meade, analista del sector. Aun así, el aumento de la demanda de electricidad significa que el gas natural y otros combustibles fósiles aún tienen una vida útil muy larga.


2. Las compañías de suministros públicos impulsan el auge de la inteligencia artificial


No es ningún secreto que la inteligencia artificial consume mucha electricidad. Según un estudio realizado en julio de 2024 por Allen Institute, una consulta a ChatGPT consume la misma cantidad de energía que mantener una bombilla encendida durante veinte minutos.


Los centros de datos disparan la demanda de electricidad


El gráfico muestra un desglose de los factores que contribuyen al crecimiento global estimado de la demanda de energía, en términos de tasa anualizada de crecimiento compuesto, de 2022 a 2030. Esto incluye el sector residencial con un 0,60%, el comercial con un 0,40%, el industrial con un 0,40%, el de transporte con un 0,60%, los centros de datos con un 0,90% y otros con un 0,50% negativo para una previsión de crecimiento total del 2,40%.

Fuente: Goldman Sachs, Administración de Información sobre Energía de Estados Unidos. Previsión de Goldman Sachs a 28 abril 2024. TACC: tasa anual de crecimiento compuesto. «Otros»: impacto de las mejoras de eficiencia energética y el cambio de categorías no enumeradas.

Las compañías tecnológicas se están haciendo cargo de sus propias necesidades energéticas. Amazon ha comprado a Talen Energy un campus de centros de datos de 960 megavatios por 650 millones de dólares, con la intención de comprar energía de la planta vecina de energía nuclear de Talen. La cotización de las compañías con exposición a la energía nuclear se ha disparado. La de la compañía Constellation Energy ha aumentado casi un 50% desde principios de año (a 24 de julio), frente a la subida registrada por el índice S&P 500, que se ha situado en torno al 14%.


Como anticipo de lo que está por venir, Dominion Energy está construyendo un parque eólico marino de entre 10.300 y 11.300 millones de dólares con el fin de satisfacer la demanda existente y cumplir la normativa en materia de emisiones. Según la agencia de calificación Standard & Poor’s, la compañía suministra actualmente electricidad a la mayoría de los centros de datos de Estados Unidos, situados principalmente en el norte de Virginia, zona a la que se conoce como «el callejón de los centros de datos». California ocupa el segundo lugar, y hay planes para construir nuevas instalaciones en otros mercados en el sudeste del país, Texas, Ohio y Arizona.


Según Hinshaw, las entidades de regulación incentivarán a las compañías para que construyan nuevas instalaciones, como en el caso del proyecto de energía eólica marina de Dominion, ya que el aumento de los centros de datos podría afectar al suministro eléctrico en todo el país. Ya ha surgido cierta preocupación por la fiabilidad potencial de la red, ya que las infraestructuras críticas se utilizan más a menudo cuando la demanda de electricidad alcanza su nivel máximo.


La construcción de nuevas instalaciones no está exenta de riesgos. Por ejemplo, ¿qué ocurre si la demanda es insuficiente? En este sentido, la feroz competencia por la electricidad ha dado a las compañías de suministros públicos poder de negociación a la hora de construir nuevos centros de datos. Según Meade, este poder de negociación incluye pagos por adelantado e incluso reembolsos por parte de las compañías tecnológicas si los proyectos no salen según lo previsto. «Una compañía no quiere invertir para suministrar electricidad a un centro de datos que iba a ser de 1.000 megavatios y acaba siendo uno de 200 megavatios», afirma.


3. Fabricación nacional: la relocalización impulsa la demanda de energía


Las compañías se han embarcado en procesos de relocalización y han trasladado su producción a Estados Unidos, después de que la pandemia y los conflictos geopolíticos provocaran importantes interrupciones en las cadenas de suministro.


«Esta tendencia ha llegado para quedarse, en parte porque proporciona empleos de calidad, lo que tiene un impacto positivo en la economía nacional», añade Hinshaw. Además, mientras algunas tendencias, como la transición energética, podrían ralentizarse en un contexto de gobierno republicano, la relocalización está presente en ambos partidos.


Esta ola de relocalización afecta a sectores con fuertes necesidades energéticas, como los semiconductores, las compañías farmacéuticas o el sector automovilístico. En el sector de los semiconductores, Intel tiene previsto instalar su fundición en Estados Unidos con fondos procedentes de la ley CHIPS and Science (la palabra CHIPS es el acrónimo de Creating Helpful Incentives to Produce Semiconductors, creación de incentivos para la fabricación de semiconductores).


Las compañías están adoptando una postura más estratégica y planteándose la posibilidad de que se produzcan cierres de fábricas, escasez de mano de obra y otros factores de riesgo. La mayoría de las empresas están creando múltiples cadenas de suministro, y parece haber un deseo generalizado de evitar la fabricación en países con aranceles a la importación, como China.


Compañías de suministros públicos: ¿podrían ofrecer lo mejor del valor y del crecimiento?


En los próximos años podrían aumentar las oportunidades de crecimiento de las compañías de suministros públicos. «No se trata solo de la inteligencia artificial», señala Hinshaw. «Si pensamos en los próximos diez años, tendencias como la relocalización y la electrificación de los electrodomésticos bastarán para aumentar notablemente la demanda de electricidad».


Las compañías de suministros públicos han mostrado recientemente una mayor correlación con el índice S&P 500


El gráfico de barras muestra la correlación de rentabilidad entre las compañías de suministros públicos, representadas por el subsector S&P 500 Utilities, y el índice S&P 500 en su conjunto, desglosada para varios periodos de tiempo. La media a 30 años es de 0,43, la media a 20 años es de 0,50, la media a 10 años es de 0,47, la media a cinco años es de 0,58 y la media a tres años es de 0,67.

Fuente: Capital Group, Morningstar, Standard & Poor's. Información a 30 junio 2024.

A todo ello podemos añadir la reputación que se ha ganado el sector como alternativa a la renta fija, gracias a su capacidad para generar rentas y ofrecer estabilidad en periodos de volatilidad de la renta variable. Las compañías de suministros públicos han ofrecido tradicionalmente a los inversores un nivel estable de rentas. Las empresas del sector incluidas en el índice S&P 500 han generado una rentabilidad histórica por dividendo de entre el 3% y el 5%. Y los inversores suelen recurrir a estas compañías en periodos de debilidad de la economía, ya que tienden a resistir mejor que el índice S&P 500.


Las compañías de suministros públicos mantienen sus características de dividendos. Sin embargo, a medida que los inversores en crecimiento muestren un mayor interés por el sector, la volatilidad podría aumentar. 



Caroline Randall es gestora de renta variable y cuenta con 26 años de experiencia en el sector (a 31 diciembre 2023). También realiza labores de análisis del sector de los suministros públicos europeos. Tiene una licenciatura y un máster en Economía por la Universidad de Cambridge.

Taylor Hinshaw es gestor de renta variable y cuenta con 22 años de experiencia en el sector (a 31 diciembre 2023). También es analista de inversión y cubre la región de Estados Unidos en materia de financiación hipotecaria y de entidades de ahorro, financiación al consumo, seguros, REITS hipotecarios y valores convertibles. Está licenciado en Filosofía y Economía por la Universidad de Duke, tiene un máster en Filosofía por la Universidad de California, San Diego, y un MBA por Harvard.

Andre Meade es analista de inversión en renta variable y cuenta con 26 años de experiencia en el sector (a 31 diciembre 2023). Cubre el sector de los suministros públicos y los gasoductos de Estados Unidos y Canadá. Está licenciado por la Universidad Rutgers y tiene un máster en Política Pública por Harvard.


Las rentabilidades obtenidas en el pasado no garantizan rentabilidades futuras. El valor de las inversiones y las rentas generadas por las mismas pueden subir o bajar y es posible que los inversores no recuperen los importes invertidos inicialmente. El presente material no pretende ofrecer ningún tipo de asesoramiento de inversión, fiscal o de cualquier otra naturaleza, ni constituye una oferta ni una solicitud de compra o venta de valores.

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