En términos históricos, y según el análisis realizado por Capital Group de los ciclos económicos y la rentabilidad desde 1973, la fase intermedia del ciclo ha ofrecido un contexto favorable a la renta variable estadounidense, con una rentabilidad media del 14% anual.
Como siempre, es importante recordar que los resultados obtenidos en el pasado no son indicativos de resultados futuros. «Pero si la economía estadounidense continúa creciendo a buen ritmo», añade Franz, «podría ofrecer una coyuntura favorable a los mercados».
La previsión de Franz sobre el crecimiento de la economía estadounidense es más optimista que la del FMI. En su opinión, la economía de Estados Unidos podría crecer a una tasa anualizada del 2,5% al 3% en 2025, e incluso más si Trump logra rebajar rápidamente los impuestos y reducir la normativa gubernamental, tal y como prometió durante su campaña electoral. Según Franz, lo más probable es que la elección de Trump, junto a la aplastante victoria del Partido Republicano en la Cámara de Representantes y el Senado, se traduzca en un mayor crecimiento económico, pero también en un nivel más elevado de inflación y de tipos de interés de lo que se esperaba.
Disparidad de perspectivas fuera de Estados Unidos
Fuera de Estados Unidos, la divergencia es mayor. Se espera que ciertas economías, como La India, generen algunas de las mayores tasas de crecimiento y lideren la economía mundial. Según el FMI, la economía india podría crecer un 6,5% en 2025, impulsada por una mano de obra joven y en expansión. La India también se beneficia de la tendencia de cambio en las cadenas globales de suministro que se ha registrado desde la pandemia, que le ha permitido ampliar su base de producción en los ámbitos de la telefonía móvil, los electrodomésticos y los productos farmacéuticos, entre otros.
La economía europea sigue debatiéndose entre la expansión y la contracción. Se prevé que el crecimiento se sitúe en torno al 1%, como consecuencia de la guerra de Ucrania, los elevados precios de la energía y los estrechos vínculos con la débil economía china. En este contexto, el Banco Central Europeo (BCE) comenzó este año a recortar los tipos de interés antes de que lo hiciera la Reserva Federal de Estados Unidos, en un intento de reactivar la economía de la eurozona.
Por su parte, el gobierno chino ha puesto en marcha un programa masivo de medidas de estímulo diseñado para revertir la debilidad crónica del mercado inmobiliario del país y la ralentización de la producción industrial. Entre las políticas orientadas al crecimiento de China destacan los recortes de tipos de interés, la reducción de los tipos hipotecarios y un paquete de medidas por valor de 1,4 billones de dólares para ayudar a los gobiernos locales a hacer frente a la creciente carga de la deuda. De cara al futuro, el papel de China en el comercio internacional se ve amenazado por la promesa del nuevo gobierno de Trump de aumentar los aranceles sobre las importaciones chinas.
Dónde invertir en un entorno de recortes de tipos
Con el fin de reforzar las expectativas de crecimiento económico, los principales bancos centrales de todo el mundo (la Reserva Federal, el BCE, el Banco de Inglaterra y el Banco Popular de China) se han comprometido a flexibilizar su política monetaria en los últimos meses de 2024.
La Reserva Federal, a menudo considerada el banco central del mundo, ha recortado los tipos de interés en dos ocasiones desde septiembre, preparando así el terreno para lo que podría ser un entorno favorable para los mercados financieros en 2025. Los recortes de tipos de interés han favorecido tanto a los inversores de renta variable como a los de renta fija en los periodos de expansión de la economía.
De los siete recortes de tipos que ha acometido la Reserva Federal desde 1984, tres de ellos han tenido lugar fuera del marco de una recesión. En estos casos, el índice S&P 500 ha registrado una rentabilidad media del 27,9% entre el primer y último recorte, y la mayoría de los sectores han registrado ganancias superiores al 10%.