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Capital IdeasTM

Perspectivas de inversión de Capital Group

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Renta variable estadounidense
Perspectivas del mercado estadounidense para 2023
Jared Franz
Economista
Martin Romo
Gestor de renta variable
Diana Wagner
Gestora de renta variable

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Perspectivas para 2024

Los inversores quieren saber cuándo van a dejar de sufrir.


El índice S&P 500 ha registrado en 2022 su peor año en más de una década, con una caída del 13,1% desde principios de año hasta el 30 de noviembre. Y los inversores se enfrentan a una mayor volatilidad de los mercados en el próximo año, dadas las dificultades que plantea el entorno macroeconómico.


La economía estadounidense, aunque se muestra más sólida que la de la mayoría de los países desarrollados, parece abocada a la recesión, afectada por la elevada inflación y la subida de los tipos de interés.


Según Darrell Spence, economista de Capital Group, la economía estadounidense podría contraerse en torno al 2% en 2023, más que durante la burbuja tecnológica y de las telecomunicaciones de principios de la década de 2000, pero mucho menos que durante la crisis financiera de 2008-2009. «Lo importante es recordar», señala Franz, «que las recesiones son inevitables, que son necesarias para eliminar los excesos del mercado y que sientan las bases para el crecimiento futuro».


También ha habido algunos datos positivos. El consumo, uno de los baluartes de la economía estadounidense, se ha mostrado sorprendentemente sólido a pesar de la elevada inflación. En septiembre aumentó un 1,7%, superando así la previsión de 1,4%. ¿Puede el consumidor estadounidense evitar la recesión? «Probablemente no», afirma Franz. Pero está muy bien saber que lo está intentando.


Independientemente de la tendencia que sigan los datos económicos, las compañías bien gestionadas pueden competir y crecer en un entorno como el actual. Y los inversores selectivos y pacientes pueden verse recompensados. «Estamos en un periodo en el que el entorno macroeconómico es especialmente importante», señala el gestor de renta variable Martin Romo. «Pero corremos el riesgo de centrarnos tanto en el momento del ciclo en el que nos encontramos que no seamos capaces de identificar compañías que están creciendo y que podrían impulsar el próximo mercado alcista. A eso es a lo que yo dedico mi tiempo».


A continuación, presentamos cinco temas de inversión que debemos tener en cuenta el próximo año.


1.  Es probable que la renta variable comience a subir antes de que lo haga la economía


Es cierto que todas las recesiones resultan difíciles a su manera, pero lo bueno es que no suelen durar mucho. Según nuestro análisis, en los once ciclos económicos que se han registrado en Estados Unidos desde 1950, las recesiones han durado entre dos y 18 meses, con una media de diez meses.


Además, los mercados de renta variable suelen comenzar a recuperarse antes de que acabe la recesión. En el ciclo actual, los mercados ya se han adelantado a la caída de la economía: a mediados de 2022, casi todos los grandes mercados de renta variable habían entrado en territorio bajista. Y, si nos guiamos por los datos históricos, comenzarán a recuperarse unos seis meses antes de que lo haga la economía.


Históricamente, el mercado de renta variable ha sido un indicador adelantado de la economía

Fuente: Capital Group, Junta de Gobernadores de la Reserva Federal, Haver Analytics, Oficina Nacional de Estudios Económicos, Standard & Poor’s. Los datos reflejan la media de todos los ciclos registrados en Estados Unidos desde 1950 a 2021, indexados a 100 en cada nivel máximo del ciclo. El resto de los datos incluyen los ciclos completos desde el 1 enero 1950 al 31 octubre 2022. La producción industrial mide la variación de la producción procedente de las actividades de fabricación, minería y suministros públicos y se utiliza como indicador del ciclo económico. Los resultados pasados no constituyen predicciones de resultados en los períodos futuros.

«Históricamente, el mercado de renta variable ha tendido a anticipar un futuro más positivo, antes de que lo hagan los datos económicos», señala Franz. En otras palabras: a los inversores les interesaría más mantener su inversión que tratar de anticipar el momento en el que podría iniciarse la recuperación. La posibilidad de acceder a la recuperación de los mercados desde el principio puede resultar muy ventajosa. En todos los ciclos que se han registrado desde 1950, los mercados alcistas han generado una rentabilidad media del 265%, frente a la pérdida del 33% que han supuesto los mercados bajistas.


Las mayores ganancias suelen producirse inmediatamente después de que el mercado alcance su nivel más bajo. Además, la opción de esperar a que se produzca un cambio de tendencia en la economía no es una estrategia recomendable. «Lo más probable es que el cambio de tendencia del mercado se produzca rápidamente, y no va a haber nadie que lo anuncie», añade Franz.


2.  Los dividendos vuelven a ser importantes


Durante los últimos diez años, los inversores han tenido pocas razones para prestar atención a los dividendos. Las compañías tecnológicas y de consumo generaban una rentabilidad superior al 10% y dominaban la rentabilidad total del mercado, lo que hacía que los dividendos resultaran realmente aburridos.


Hoy nos gusta lo aburrido. «En un entorno de subida de tipos de interés y ralentización de la economía, estoy encontrando numerosas oportunidades de inversión en compañías que reparten dividendos», afirma Diana Wagner, gestora de renta variable. «Y los dividendos comienzan a representar un porcentaje cada vez mayor de la rentabilidad total, al igual que lo han hecho históricamente».


Históricamente, los dividendos han representado un porcentaje mayor de rentabilidad total

Fuente: índices S&P Dow Jones. LLC. Los datos de 2020 van desde el 1 enero 1926 al 30 noviembre 2022. *La rentabilidad total del índice S&P 500 fue negativa durante la década de 2000. Los dividendos ofrecieron una rentabilidad anualizada del 1,8% durante la década. Los resultados pasados no constituyen predicciones de resultados en los períodos futuros.

Aunque los dividendos representaron únicamente el 16% de la rentabilidad total del índice S&P 500 durante la década de 2010, históricamente han contribuido de media un 38% a dicha rentabilidad. En la década de 1970, especialmente caracterizada por el elevado nivel de inflación, este porcentaje superó el 70%. «Cuando se prevé un crecimiento inferior al 10%, los dividendos pueden dar una cierta ventaja», añade Wagner. «También pueden ofrecer protección en periodos de aumento de la volatilidad, pero resulta esencial entender la sostenibilidad de dichos dividendos».


Encontramos compañías con dividendos estables y superiores a los del mercado en sectores diversos, como el financiero, el de la energía, el de los materiales y el sanitario, entre otros. UnitedHealth Group, el mayor proveedor de prestaciones sanitarias a empresas de Estados Unidos, ha mantenido sus dividendos a pesar de las subidas de tipos de interés. «La banca minorista, que está en el ojo del huracán en lo que se refiere a su exposición al ciclo económico, ha adoptado una postura de prudencia de cara a la recesión. En mi opinión, es probable que los fundamentales de ciertas entidades mejoren a lo largo del próximo año», señala Wagner. «En otras palabras: creo que los dividendos son sostenibles e incluso podrían aumentar».


En lo que respecta al sector de la energía, Wagner considera que estamos inmersos en una crisis energética y prevé un aumento de la demanda a más largo plazo. «Muchas compañías del sector de la energía muestran un firme compromiso en relación con el reparto de dividendos», añade. Por ejemplo, la compañía de producción y prospección de petróleo ConocoPhillips anunció recientemente su intención de aumentar las recompras y los dividendos.


3.  Cambio de liderazgo en el mercado


Al final de un mercado bajista suele producirse un cambio de liderazgo en los mercados. Ante el aumento del coste de capital, las compañías con flujos de caja sólidos y estables están bien posicionadas para liderar la recuperación.


Pensemos en el sector sanitario, que cuenta con compañías farmacéuticas innovadoras bien capitalizadas y con capacidad de fijación de precios. Ciertas farmacéuticas pueden utilizar su rentabilidad a corto plazo para financiar adquisiciones y otras estrategias de crecimiento, algo que resulta especialmente importante cuando la subida de los tipos de interés puede limitar la capacidad de una compañía para financiar su crecimiento con la emisión de deuda.


Los grandes fabricantes de medicamentos están en condiciones de financiar su propio crecimiento

Fuente: Capital Group, FactSet, MSCI, Refinitiv Datastream y Refinitiv Eikon. Los datos anteriores representan el valor agregado en dólares estadounidenses del efectivo y las inversiones a corto plazo de los componentes del MSCI World Pharmaceuticals. Información a 30 de septiembre de 2022.

«No tengo la certeza de que el sector sanitario vaya a liderar el próximo mercado alcista», explica Wagner. «Pero aquellas compañías del sector que estén mejor gestionadas podrían ponerse en cabeza».


Las recientes inversiones en el descubrimiento de fármacos están dando lugar a nuevas formas de abordar problemas importantes, como la obesidad. Se prevé que en 2030 más de mil millones de personas en todo el mundo tengan obesidad, condición relacionada con las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la insuficiencia renal. Algunas compañías como Eli Lilly han invertido mucho en terapias con potencial para reducir el peso de los pacientes entre un 20% y un 25%.


«Hemos entrado en una época dorada del desarrollo de medicamentos que podría mejorar enormemente la calidad de vida de las personas. Estamos en un momento apasionante para invertir en sanidad. No obstante, no todos los medicamentos van a tener éxito, por lo que resulta crucial ser selectivo».


4. La inversión en crecimiento podría depender de las cifras de beneficios empresariales


2022 ha sido un año complicado para las compañías de crecimiento, lo que ha hecho que muchos inversores optaran por invertir en empresas de valor. Según Romo, podría tratarse de un planteamiento equivocado. «La inversión en crecimiento no está acabada», afirma. «Pero en esta nueva realidad, los inversores tienen que plantearse el crecimiento de manera diferente».


Durante los últimos diez años, el mercado ha estado dominado por compañías tecnológicas y de consumo de rápido crecimiento cuya actividad dependía con frecuencia del reducido coste del capital. Pero la elevada inflación y la subida de tipos de interés están obligando a los inversores a reconsiderar las valoraciones.


En la actualidad, el crecimiento se ha revalorizado debido al aumento del coste de capital. «Es posible que el éxito de la inversión en crecimiento pase a depender menos de la expansión de los múltiplos y más del crecimiento de los beneficios empresariales. En este nuevo entorno, los inversores van a centrarse más en compañías con valoraciones razonables y justificadas según los flujos de caja y los beneficios a corto plazo», añade Romo.


«Por ejemplo, los gigantes tecnológicos con flujos de caja visibles procedentes de productos de software tradicionales que ofrezcan también productos de mayor crecimiento, como las plataformas de nube, podrían estar entre las compañías que lideren el próximo mercado alcista. Sin embargo, de cara al futuro, los inversores se centrarán más en la rentabilidad, y se mostrarán menos tolerantes con las compañías de rápido crecimiento con escaso o nulo crecimiento de los beneficios».


5. Podría producirse un nuevo renacimiento industrial


El nuevo liderazgo de los mercados podría venir, no solo de los sectores sanitario y tecnológico, sino también de otras áreas más inesperadas, como las compañías de bienes de equipo. El superciclo de inversión de capital podría impulsar un nuevo renacimiento industrial, ya que la relocalización de las cadenas de suministro, la modernización de la red eléctrica y las inversiones en energías renovables impulsan la demanda de gasto en bienes de equipo.


Los años de globalización han llevado a reducir la inversión en maquinaria, fábricas y otros proyectos de bienes de equipo. «Las instalaciones de producción de la mayoría de los mercados desarrollados son ya muy antiguas», afirma Gigi Pardasani, analista de inversión en renta variable que cubre las compañías industriales estadounidenses de gran capitalización.


El aumento del gasto de capital podría favorecer el repunte de las compañías de bienes de equipo

 

Fuente: Capital Group, FactSet, MSCI. En dólares actuales. Todas las cifras representan estimaciones de FactSet, incluidas las previsiones para 2022 y 2023. Información a 31 de octubre de 2022.

Por otro lado, la transición hacia las energías renovables y hacia un entorno de mayor seguridad energética está generando oportunidades para aquellas compañías que realizan fuertes inversiones.


«Hace poco hemos tenido un interesante debate sobre la ley estadounidense para la Reducción de la Inflación, que prevé miles de millones de dólares para la inversión en infraestructuras de energía renovable», señala Jody Jonsson, gestora de renta variable. «Creo que esta ley favorecerá un auténtico renacimiento de las compañías industriales tradicionales que abastecen al sector de las energías renovables o que ayudan a otras compañías a lograr una mayor independencia energética, ya sea mediante el desarrollo de edificios inteligentes, la gestión de la energía, las redes inteligentes o la tecnología de baterías».


Este gasto de miles de millones de dólares refleja también el potencial de crecimiento de compañías líderes en bienes de equipo, como Rockwell Automation, de empresas de desarrollo de baterías y almacenamiento de energía como Lockheed Martin y Tesla, y de proveedores de equipos para los sectores de la energía y la minería como Caterpillar y Baker Hughes.


«El actual ciclo de inversión puede favorecer la producción estadounidense, ya que la considerable reducción de los costes energéticos a largo plazo puede ofrecer una venta competitiva a los fabricantes estadounidenses», señala Pardasani. «El made in USA vuelve a cobrar protagonismo».



Jared Franz es economista y cuenta con 18 años de experiencia en el sector de la inversión (a 31 diciembre 2023). Es doctor en Economía por la Universidad de Illinois de Chicago y licenciado en Matemáticas por la Universidad de Northwestern.

Martin Romo es gestor de renta variable y cuenta con 31 años de experiencia en el sector (a 31 diciembre 20212. Es el presidente de Capital Research Company y forma parte del comité de gestión de Capital Group. Tiene una licenciatura por la Universidad de California, Berkeley, y un MBA por la Universidad de Stanford.

Diana Wagner es gestora de renta variable y cuenta con 23 años de experiencia en el sector. Tiene un MBA por la Columbia Business School y está licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Yale.

 


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