Una trayectoria excepcional
Aunque es importante recordar que los resultados pasados no garantizan rentabilidades futuras, el rápido auge que ha experimentado el bitcoin en los últimos años lo ha convertido en uno de los protagonistas de los mercados financieros globales.
«El bitcon ha sido la clase de activos que ha obtenido mejores resultados en los últimos cinco, diez y quince años», señala Mark Casey, gestor de Capital Group. «En mi opinión, ningún otro proyecto de criptodivisa se acerca al potencial del bitcoin».
Según Casey, ello se debe a que el diseño único del bitcoin resuelve tres problemas: 1) la propia arquitectura del bitcoin determina que no haya intermediarios que puedan censurar, cancelar o bloquear de algún otro modo las transacciones en bitcoins; 2) el cifrado de grado militar del bitcoin garantiza que la criptodivisa correctamente almacenada no pueda ser requisada ni confiscada; 3) a diferencia de las materias primas, como el oro y la plata, y de las divisas fiduciarias emitidas por los gobiernos, el bitcoin tiene un volumen de suministro fijo e inalterable, por lo que no está sujeto a la inflación monetaria tradicional.
«Resulta comprensible que este tipo de activo les resulte atractivo a quienes vivan en un régimen autoritario, como le ocurre al 40% de la población mundial, o a quienes no confíen demasiado en las divisas fiduciarias controladas por los gobiernos», afirma Casey. «El bitcoin es el primer bien que una persona puede obtener por sí misma sin necesidad de recurrir a la aplicación de la ley».
¿Qué es el bitcoin?
Bitcoin es, con mucho, la variante más popular entre una clase de activos diseñados para crear una moneda digital mediante criptografía avanzada. Otras criptodivisas populares son ethereum, tether y ripple. A diferencia de las divisas tradicionales, el bitcoin no está controlado por ningún banco o autoridad central ni está respaldado por ningún gobierno.
Los inicios del bitcoin se remontan al año 2008, cuando un programador anónimo con el pseudónimo Satoshi Nakamoto publicó un documento en el que describía la tecnología que se necesitaba para crear la criptodivisa. Y lo más importante: el documento describía el proceso de «minería», que crea un flujo de nuevos bitcoins. Los bitcoins se extraen (se «minan») mediante algoritmos informáticos que resuelven una serie de cálculos. A través de este laborioso proceso, se verifican los bitcoins y se permite la creación de otros nuevos. Solo se pueden extraer 21 millones de bitcoins, y conforme va creciendo la oferta, más se tarda en minar nuevos bitcoins.
Hoy en día, existen más de 25.000 criptodivisas basadas en este concepto. Además, hay compañías cotizadas que existen principalmente en este espacio, ya sea como compradores y traders o como empresas de minería digital. Entre ellas, destacan Strategy (anteriormente conocida como MicroStrategy), Galaxy Digital, MARA Holdings y Riot Platforms.
Volatilidad en acción
El mercado de criptodivisas puede resumirse en dos palabras: volatilidad extrema. Las criptodivisas pueden sufrir fuertes fluctuaciones como consecuencia de noticias reales o simples rumores. El bitcoin es la cripto que acapara más titulares, sobre todo porque es la que cuenta con una mayor capitalización de mercado (aproximadamente 1,9 billones de dólares).
«El bitcoin suele generar una gran expectación cada vez que aumenta con fuerza su valor», señala el gestor de Capital Group Alan Wilson. «Pero no hay que olvidar que en algún momento puede ir en la dirección contraria. Los inversores que especulen con la criptodivisa deben estar preparados para la volatilidad extrema en cualquiera de los dos sentidos».
La última subida del bitcoin se produjo tras las elecciones estadounidenses de noviembre. Por primera vez en su relativamente corta historia, el precio superó los 100.000 dólares por bitcoin, ya que los inversores esperaban que el nuevo gobierno de Trump adoptara un enfoque favorable a las empresas del sector. Desde entonces, y a 25 de febrero de 2025, el precio ha bajado a unos 87.000 dólares.