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Perspectivas del mercado de renta variable: la IA favorece la ampliación del mercado
Julian Abdey
Gestora de renta variable
Mark L. Casey
Gestora de renta variable
Cheryl Frank
Gestora de renta variable

Los mercados de renta variable se ven impulsados por una serie de factores que apuntan a unas perspectivas favorables para la clase de activos en 2025.


La economía estadounidense mantiene su solidez, gracias a la fortaleza del mercado laboral, el aumento de la inversión empresarial y el fuerte crecimiento de los beneficios. La Reserva Federal de Estados Unidos y otros grandes bancos centrales han iniciado un ciclo de recortes de tipos de interés, lo que supone un impulso adicional para los activos financieros.


Así, los mercados encaran 2025 en un contexto de subida del mercado estadounidense tras las elecciones, ya que los inversores se muestran optimistas ante las iniciativas favorables a las empresas que ha anunciado el nuevo gobierno de Donald Trump. Además, aunque los avances en inteligencia artificial continúan acaparando los titulares, la participación en el repunte del mercado se ha ido ampliando poco a poco a otros sectores, como el industrial, el de los suministros públicos o el sanitario, así como a las compañías de pequeña capitalización.


«En términos generales, las valoraciones son bastante elevadas», afirma Julian Abdey, gestor de renta variable, «lo que me ha llevado a buscar un equilibrio en mis carteras, invirtiendo en compañías líderes de áreas reconocidas, como la inteligencia artificial, y tratando también de identificar oportunidades interesantes en otras áreas del mercado menos habituales».


Una combinación de oportunidades y riesgos


El nivel elevado de las valoraciones no es el único riesgo al que habrán de prestar atención los inversores en 2025. La ralentización de las economías europea y china podría afectar a las perspectivas de algunas compañías, y los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo podrían provocar inestabilidad en los mercados.


Las prioridades del presidente electo podrían incluir una combinación de factores favorables y desfavorables. En el lado positivo de la balanza estarían las rebajas fiscales, el aumento de los gastos de defensa y la desregulación en una amplia gama de sectores, como el bancario, pero también el de la energía, el aeroespacial y el sanitario.


La política económica de Trump podría favorecer a algunos y perjudicar a otros

Una tabla describe los potenciales beneficiarios de la política republicana y los posibles perjudicados. La columna de la izquierda recoge a los beneficiarios potenciales: los beneficiarios de la desregulación, como los bancos nacionales y regionales; los sectores con exposición a la energía y las materias primas, como el petróleo y el gas, el acero y el cobre; el impulso de la industria nacional, con la construcción no residencial y fronteriza, así como la relocalización de los proveedores de infraestructuras; la seguridad nacional; la atención sanitaria gestionada; y las criptodivisas. La columna de la derecha incluye a los posibles perjudicados: compañías expuestas a aranceles, como las compañías industriales y de consumo con fábricas en el extranjero; energías renovables, como la electricidad limpia, el almacenamiento de baterías, el hidrógeno verde y la eficiencia energética; y las compañías expuestas a presiones salariales.

Fuente: Capital Group. Información a 30 noviembre 2024. Los ejemplos se muestran únicamente a efectos ilustrativos y no representan ninguna recomendación de inversión.

Otras políticas de Trump podrían afectar a ciertos sectores. El aumento de los aranceles podría provocar conflictos comerciales con los principales socios comerciales del país, lo que podría reactivar la inflación. Es probable que el nuevo gobierno decida también reducir o eliminar las subvenciones a las energías renovables y los vehículos eléctricos. Y las deportaciones y restricciones a la inmigración podrían impulsar al alza los costes laborales, lo que afectaría a los márgenes de beneficios.


«Las futuras medidas favorecerán a algunos y perjudicarán a otros, pero muchas de estas prioridades políticas resultan complejas, y su impacto no siempre es evidente», afirma Abdey. «A falta de otros datos, los nombramientos que realice el presidente electo serán fundamentales para impulsar los resultados políticos. Mientras tanto, me centro en las tendencias que impulsan las oportunidades de crecimiento y en identificar las compañías que mejor puedan aprovechar dichas oportunidades, ya se trate de empresas tecnológicas de rápido crecimiento, compañías de la llamada vieja economía en sectores cíclicos o sectores de valor tradicionales, como el de los suministros públicos».


El entusiasmo por la IA puede parecer exagerado, pero su potencial es mayor del que pensamos


El entusiasmo por el potencial de transformación de la inteligencia artificial sigue siendo enorme, al igual que la inversión en la tecnología. Se prevé que los gigantes tecnológicos Amazon, Alphabet, Meta y Microsoft gasten 500.000 millones de dólares en los próximos tres años en la carrera por lograr el dominio en este ámbito. Este nivel tan agresivo de gasto se ha comparado con la fuerte inversión en internet que tuvo lugar a finales de la década de 1990, en un contexto también de dudas sobre un posible retroceso de la IA.


Tanto el entusiasmo como las dudas pueden ser válidos, ya que tendemos a sobrestimar las megatendencias a corto plazo y a subestimar las que son a largo plazo. Por ejemplo, las previsiones iniciales relativas al volumen de los mercados de ordenadores personales, teléfonos móviles, internet y computación en la nube se quedaron cortas en una media del 38%. ¿Es posible que las previsiones sobre el mercado de la IA se queden aún más cortas?


«Lo extraordinario de la inteligencia artificial es su amplia utilidad potencial», señala Mark Casey, gestor de renta variable. «La IA puede asumir una gran cantidad de tareas humanas, por lo que creo que es imposible conocer el enorme volumen que podría llegar a alcanzar el mercado».


Tendemos a sobrestimar el corto plazo y subestimar el largo

El gráfico muestra las previsiones iniciales y las cifras reales en cuatro áreas tecnológicas. En lo que se refiere al número de usuarios de ordenadores personales e internet a febrero de 1996, la previsión inicial apuntaba a 225 y 152 millones respectivamente, mientras que las cifras reales en 2000 fueron de 354 millones de usuarios de ordenadores personales y 361 millones de usuarios de internet. La diferencia fue del 36% y del 58% respectivamente. En lo que respecta a los teléfonos móviles, la previsión inicial de ventas de <i>smartphones</i> fue de 657 millones en enero de 2010, mientras que la cifra real en 2013 fue de 1.019 millones. Es decir, una diferencia del 36%. La previsión inicial de los ingresos de los tres principales proveedores de servicios en la nube fue de 90.200 millones de dólares en marzo de 2017, pero la cifra subió a 115.600 millones en 2020. La diferencia fue del 22%.

Fuente: Morgan Stanley, «Guía de inteligencia artificial: cuarta edición», 23 enero 2024. Los totales reales corresponden al año 2000 para los usuarios de ordenadores personales e Internet; a 2013 para las ventas de smartphones; y a 2020 para los ingresos de los proveedores de servicios en la nube.

A corto plazo, es probable que se produzcan excesos de capacidad mientras las empresas van experimentando con la IA para tratar de decidir cómo usarla con el objetivo de lograr una ventaja competitiva. Además, tal y como afirma Cheryl Frank, gestora de renta variable, es posible que no contemos con un volumen suficiente de capacidad energética, materiales básicos o bienes de equipo como para que la expansión de la IA se desarrolle tan rápido como muchos esperan.


«Creo que habrá dos ciclos de IA», afirma Frank. «Ahora nos encontramos inmersos en un primer ciclo de IA de consumo impulsado por la publicidad, pero lo más probable es que asistamos a un retroceso en este ámbito. Sin embargo, el ciclo empresarial de la IA será mucho más largo y gradual».


¿Cuándo y dónde podrán los inversores rentabilizar todo este gasto multimillonario en IA?


La respuesta está en las cuatro capas de tecnología que permiten el funcionamiento de la IA, así como en la cadena de suministro que necesita la infraestructura tecnológica. Estas cuatro capas son los semiconductores, la infraestructura de nube, los grandes modelos lingüísticos como Chat GPT y las aplicaciones para los usuarios finales. Algunos fabricantes de chips como NVIDIA y ASML operan en una única capa, mientras que gigantes tecnológicos como Alphabet, Microsoft y Amazon tratan de dominar varias.


«Habrá compañías con buenos resultados en todas las capas, y algunas, de hecho, están tratando de lanzar productos en dos o tres de ellas», señala Casey. «Lo que tenemos que preguntarnos es qué compañía lo hará bien, y cuál tropezará. Eso es lo que trato de averiguar».


Sin embargo, la nueva tecnología también depende de los recursos de la «vieja economía», como el cobre, los bienes de equipo y la electricidad. El aumento de la demanda de estos recursos ha favorecido a los sectores de los suministros públicos, la industria y la minería. «Los cuatro hiperescaladores, Alphabet, Amazon, Meta y Microsoft, están gastando casi la mitad de su presupuesto de gasto de capital en tecnología y la otra mitad en la adquisición de terrenos, la construcción de tantos centros de datos como sea posible cerca de una fuente fiable de electricidad y la celebración de contratos a largo plazo con proveedores de energía», señala Casey. «Este contexto debería ofrecer oportunidades de inversión durante varios años».


Las ganancias de mercado ya no se limitan al sector tecnológico

En un gráfico de barras horizontales se comparan la rentabilidad total acumulada para el segundo semestre de 2024, a 30 de noviembre, de los índices que representan las compañías de pequeña capitalización, las compañías de valor, las que reparten dividendos y las de crecimiento, respectivamente. La rentabilidad total es la siguiente: en representación de las compañías de pequeña capitalización, el índice Russell 2000, 19,5%; en representación de las compañías de valor, el índice Russell 1000 Value, 15,1%; en representación de las compañías con reparto de dividendos, el índice S&P 500 High Yield Dividends Aristocrats, 14,0%; y en representación de las compañías de crecimiento, el índice S&P 500, 11,1%, y el Russell 1000 Growth, 9,5%.

Fuente: Capital Group, FactSet. Información a 30 noviembre 2024. Las rentabilidades obtenidas en el pasado no garantizan rentabilidades futuras.

Algunos segmentos olvidados del mercado vuelven a escena


De hecho, el desarrollo de la IA, junto a otras grandes tendencias como el avance de los vehículos eléctricos y la relocalización de la producción en Estados Unidos, ha ofrecido oportunidades importantes a compañías de ámbitos distintos al tecnológico. Y ese potencial está siendo ya reconocido. En la segunda mitad de 2024 el liderazgo del mercado ha trascendido el sector tecnológico, ya que las compañías que reparten dividendos, las empresas con orientación de valor y las de pequeña capitalización han logrado superar al índice S&P 500.


Las condiciones parecen propicias para que dicha ampliación del liderazgo continúe, en un contexto de flexibilización de la política monetaria de la Reserva Federal, aplicación potencial de una normativa más favorable a los bancos, las energéticas y las compañías sanitarias y posible aumento del gasto de defensa bajo el nuevo gobierno de Trump. Por ejemplo, el pasado mes de noviembre, el Ministerio de Comercio de Estados Unidos contrató a la compañía internacional de defensa BAE Systems para el suministro de semiconductores utilizados en aviones y satélites.


La reducción de la normativa y la posible bajada del impuesto de sociedades podrían reforzar los flujos de caja libre de una amplia gama de compañías que reparten dividendos, lo que les permitiría aumentar los repartos. Además, tendencias a largo plazo como la relocalización de la producción en Estados Unidos y la construcción de centros de datos también impulsarán la demanda de electricidad. Por ejemplo, CenterPoint Energy prevé un sólido crecimiento en 2025 gracias al aumento de la demanda de electricidad y gas natural en Texas.


«Trato de identificar oportunidades de inversión en compañías con reparto de dividendos que el mercado ha dejado de lado», afirma Frank. «Entre ellas hay farmacéuticas que no ofrecen tratamientos adelgazantes, así como ciertas compañías del sector de los suministros públicos, la defensa y entidades bancarias».


Las grandes tendencias generan también oportunidades en las compañías de pequeña capitalización


Algunas de las tendencias que favorecen a las compañías de mayor tamaño también ofrecen oportunidades a las de pequeña capitalización, es decir, aquellas compañías con una capitalización de mercado inferior a 6.000 millones de dólares. Por ejemplo, Comfort Systems, fabricante de sistemas de calefacción y ventilación, y Modine Manufacturing, que se dedica a la construcción de sistemas de refrigeración para los centros de datos, han registrado un fuerte aumento de la demanda.


Mientras las compañías de megacapitalización han dominado la rentabilidad del mercado en los últimos años, las valoraciones de las empresas de pequeña capitalización se han situado en su nivel más bajo en más de veinte años en relación con las grandes compañías.


«La diferencia de valoración entre las compañías grandes y pequeñas es una de las mayores que hemos visto nunca», afirma Abdey. «Hay numerosas compañías innovadoras que muestran una valoración razonable en comparación con las compañías de mayor tamaño. Creo que ciertas empresas de pequeña capitalización podrían comenzar a remontar».


El superciclo de gasto de capital se extiende más allá de Estados Unidos


Las tendencias que están sentando las bases para un superciclo de gasto de capital en Estados Unidos están generando también oportunidades para algunas compañías industriales europeas.


El transporte aéreo supera hoy los niveles que se registraban antes de la pandemia, lo que impulsa la demanda de aviones comerciales. Airbus, uno de los dos grandes fabricantes de aviones en todo el mundo, tiene ya completa su cartera de pedidos para los próximos diez años.


La compañía francesa Schneider Electric, líder en la industria, ha registrado un crecimiento de las ventas superior al 10% en el tercer trimestre de 2024 gracias a la construcción de centros de datos en todo el mundo, lo que está impulsando la demanda de equipos especializados.


En el sector de la construcción, la creciente preferencia por materiales duraderos que favorezcan la eficiencia energética y reduzcan los costes ha creado una oportunidad para los fabricantes de productos químicos, como la compañía suiza Sika. La empresa, que opera en un mercado fragmentado, está tratando de aumentar su cuota de mercado aprovechando a su favor su tamaño y su escala.


«Estas tendencias representan oportunidades de inversión que se prolongarán durante varias décadas, y solo estamos al principio», afirma Lara Pellini, gestora de renta variable. «Europa alberga grandes compañías industriales que están consolidando su presencia en ciertas áreas con potencial de crecimiento a largo plazo».


Las grandes compañías industriales europeas buscan oportunidades fuera de Europa

El gráfico muestra el desglose de ingresos por región de seis compañías europeas. En todos los casos, más de la mitad de los ingresos de la compañía se generan fuera de Europa. En el sector aeroespacial, las compañías francesas Airbus y Safran generan respectivamente el 60,7% y el 57,0% de sus ingresos en otros mercados fuera de Europa. En lo que se refiere a los proveedores de equipos eléctricos, el 72,1% de los ingresos de la compañía francesa Schneider Electric proceden de fuera de Europa, mientras que la suiza ABB genera un 64,1% de sus ingresos fuera de la región. En el ámbito de los productos de construcción, el 69,4% de los ingresos de la compañía suiza Sika proceden de mercados no europeos, mientras que el porcentaje es del 67,9% en el caso de la sueca ASSA ABLOY.

Fuente: Capital Group, FactSet. Los ingresos por región son estimaciones de FactSet basadas en las cifras más recientes. Información a 30 noviembre 2024. Los ejemplos de compañías se muestran únicamente a efectos ilustrativos y no representan ninguna recomendación de inversión.

El equilibrio resultará esencial en el próximo año


Hay muchas razones para el optimismo respecto a la inversión en renta variable en 2025. El desarrollo de la inteligencia artificial, los avances en medicamentos y el superciclo mundial de inversión de capital son solo algunas de las tendencias que están generando oportunidades en numerosas compañías de todos los ámbitos económicos. Sigue habiendo riesgos, claro, como las elevadas valoraciones de algunas compañías y la posibilidad de que se desencadenen conflictos comerciales.


En opinión de Frank, la clave está en invertir de manera selectiva con un enfoque a largo plazo y mantener un equilibrio en las carteras de inversión. «Creo que es importante mantenerse en el mercado, pero estoy tratando de aumentar la diversificación y de no mostrar una exposición excesiva a ninguna tendencia concreta».



Julian Abdey es gestor de renta variable y cuenta con 28 años de experiencia en el sector (a 31 diciembre 2023). Está licenciado en Economía por la Universidad de Cambridge y tiene un MBA por Standford.

Mark L. Casey es gestor de renta variable y cuenta con 23 años de experiencia en el sector de la inversión (a 31 diciembre 2023). Está licenciado por la Universidad de Yale y tiene un MBA por Harvard.

Cheryl E. Frank es gestora de renta variable y cuenta con 26 años de experiencia en el sector de la inversión (a 31 diciembre 2023). Está licenciada por la Universidad de Harvard y tiene un MBA por Standford.


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